Discapacidad y comunidad

Discapacidad y comunidad

Una de las cosas buenas que une descubre, tras recibir un diagnóstico de discapacidad, es que no estás sole: 1 de cada 6 personas en el mundo tiene una discapacidad importante, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud. 

Quienes piensan que la discapacidad es una desgracia se preguntarán, ¿esta ridícula dice que es bueno que tanta gente tenga discapacidad? A lo que yo les contestaría: nadie puede cambiar su condición de discapacidad, es ya una condición de nuestra vida: no nos la podemos quitar. Pero ya que estamos aquí, y que somos muches, sí es bueno que nos podamos conectar con otres que ya han avanzado este camino. A pesar de que su historia es distinta de la mía, puedo aprender de lo que a elles les ha servido y buscar alternativas que se puedan adaptar a mi situación y contexto de vida.

Puedo, además, buscar organizaciones sociales que agrupen a personas como yo, para compartir experiencias y contribuir con mi humilde visión del mundo y mi propia perspectiva de mi condición, si a alguien le sirve. También compartimos referencias de profesionales especializades (de quienes nos han tratado bien y quienes han sido terribles con nosotres), y generamos instancias de reunión y encuentro, virtual o presencial, permitiéndonos acompañarnos a través de lo bueno y de lo malo.

Por medio de internet puedo acceder a libros, videos, capacitaciones, y recursos de todo tipo, creados por personas con mi misma condición, por familiares, o por expertos en el área, que me hacen sentir menos perdida en los días en que mi discapacidad en efecto me discapacita para realizar incluso tareas sencillas. 

A través de las redes sociales, además, encuentro:
-las últimas tendencias en investigaciones científicas actualizadas respecto a mi condición, 
-noticias positivas logradas por otras personas con discapacidad,
-situaciones tristes o indignantes que pasaron a llevar a alguien con discapacidad y que necesitan de nuestro apoyo,
-y muchos, muchos memes, diseñados por y para nosotres, para compartir desde el humor nuestras experiencias únicas, incluyendo el dolor o las dificultades inherentes a nuestra condición, el cansancio, el estigma y la discriminación con los que nos encontramos en el día a día, etcétera.

Las personas con discapacidad podemos entonces generar grupos que aboguen juntos por sus derechos, celebren las victorias, creen conciencia, eduquen, hagan eco a las solicitudes de ayuda, y se apoyen entre sí. Así formamos comunidad. Quizá entre nosotros no nos podremos ver, escuchar, o hablar, o conocernos en persona, pero la fuerza de nuestras conexiones es importante y trascendental porque la base de la coexistencia humana es eso: formar comunidad para salir adelante. El tener redes de apoyo, virtuales o presenciales, el tener a un otre que se parece a nosotres a quien admirar, o que nos apoye y nos acompañe cuando tenemos días difíciles hace que sea más fácil pensar en positivo, encontrar herramientas o adaptaciones que nos faciliten o alivien las dificultades, e incluso saber cuándo y dónde buscar la ayuda adecuada que necesitamos.

Cualquier persona puede ser fuerte por sí sola, pero sin duda somos más fuertes en comunidad. Hay más alegrías, más amistades y afectos, y más comprensión.

Es por eso que, al colectivo de personas con discapacidad a nivel global, se le llama la "Comunidad Disca", con afecto. Ya que, una vez que conectamos con otres como nosotres, el mundo parece un mejor lugar.

Es importante recordar que la vida no se vive en soledad. En comunidad encontramos apoyo, esperanza, lazos importantes, más soluciones, y más fuerza en nuestros mensajes. Porque cuando nos unimos, demostramos que la discapacidad no nos separa: nos conecta.